Hartos del abandono por parte de sus dirigentes, los ciudadanos de Neuronia se echan a las calles pidiendo la dimisión del asesor de ciudades y construcciones, y más edificios que les hagan felices, Bibliotecas, catedrales, monumentos, etc.
Los destrozos son incontables. El coste de las reparaciones se eleva a 200 monedas de oro.
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